Frederick Cayley Robinson (1862-1927) fue un pintor inglés nacido en el distrito de Brentford, (Londres), enclave perteneciente a lo que antes era el antiguo condado de Middlesex.
Su obra, no demasiado conocida, recoge influencias de Fra Angélico, Puvis de Chavannes y principalmente de la Hermandad Prerrafaelita a través del pintor Edward Burne-Jones. Sus primeras obras estuvieron dedicadas al mar y a la luz de las zonas costeras y fueron pintadas en un barco en el que estuvo viviendo y navegando a finales de la década de 1880. Se movería después por Europa, estudiando durante tres años en París y después en Florencia y Cornualles para establecerse finalmente en Londres donde pasaría a formar parte de la Real Sociedad de Artistas Británicos y del nuevo Club Inglés de Arte en 1912. La pintura de Frederick Cayley lleva una fuerte carga simbolista, incluidas sus obras dedicadas al mar y se le ha llegado a considerar como uno de los primeros padres del realismo inglés.
El cuadro que hoy traemos a este blog fue pintado por Cayley para decorar el viejo Hospital de Middlesex (Londres) junto con otros tres grandes cuadros comisionados todos ellos en 1910 por Sir Edmund Davis, un rico australiano asentado en Londres, dueño de una serie de compañias mineras establecidas en medio mundo, coleccionista enamorado de los prerrafelitas y un mecenas de los pintores ingleses de principios del siglo XX.
El viejo Hospital de Middlesex (Londres) se construyó en 1745 con el fin de prestar tratamiento médico a los pobres a través de fondos de suscripciones públicas y al que más tarde se le añadiría un ala para maternidad, funcionando posteriormente también como lugar de cobertura hospitalaria a pacientes huérfanos. Más recientemente se convertiría en hospital-centro de enseñanza médica universitaria.
Los cuatro cuadros pintados por Frederic Cayley, dos con motivos referentes a la orfandad y otros dos en los que se toca el tema de la atención a los heridos en la 1ª Guerra Mundial, se colgaron hacia 1915 en las paredes de este hospital, justo en el vestíbulo del mismo, quedando como un símbolo y homenaje a las personas e instituciones que a través de su desinteresada aportación y trabajo ayudaban a todos esos seres dolientes o afligidos que Cayley retrata en estos cuadros.
Este "Orphans II" es un cuadro en el que se refleja la tremenda soledad y la tristeza de un grupo de niñas huérfanas, tal vez acogidas en uno de estos centros, mientras reciben su diario desayuno.
La mirada de una de ellas hacia el espectador parece romper la sensación de incomunicación que existe en el grupo, e intenta trasmitir a través de la seriedad de su rostro el vacío que inunda el que debería ser su bello mundo de la adolescencia. La lámpara, tal vez innecesaria a juzgar por la luz que comienza a colarse por el pequeño ventanal, pone ese toque de misterio y de dramatismo casi teatral al que tan aficionados eran los prerafaelitas.
El Hospital de Middlesex sufrió una serie de reformas y restructuraciones cerrándose en diciembre de 2005. El edificio principal fue demolido en la primavera de 2008. Antes de la demolición del hospital, este cuadro y el "Orphan I" fueron comprados por la Wellcome Trust - fundación destinada a la investigación biomédica - colocándolos en la entrada de su Wellcome Library que es parte de la Wellcome Collection en Euston Road, junto al University College Hospital.
En octubre del año pasado, este lienzo y sus tres compañeros, fueron prestados a la National Gallery para una exposición que tuvo gran éxito al recordar a este gran pintor inglés, poco menos que desaparecido, y a todos los que contribuyeron de alguna manera en aquellas maravillosas Obras de Caridad.
Se puede ver un magnífico video relativo a esta exposición en la página de la BBC pulsando aquí
Este cuadro cuenta mucho, transmite una historia, incluso, hasta me fue posible oler esa habitación.
ResponderEliminarQué buen post, como siempre.
=)
Dada tu segunda inclinación hacia el mundo del escribicionismo me creo que te fuera posible oler esa habitación. Pienso que es difícil pintar, tallar o escribir sin percibir la esencia del mundo que imaginas.
ResponderEliminarGracias por tus generosos comentarios.
Un saludo.
Estimado el presley, ha sido una muy agradable sorpresa descubrir tu blog. Comparto tu manera de acercarte a las obras, que resalta su vículo profundo con el entorno y las personas que interactuaron. Cordial saludo.
ResponderEliminarDescubrí tu blog hace unos dias y no he dejado de entrar y leer desde entonces.!Felicidades!es fantastico
ResponderEliminarA E.C. Pedro:
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado mi pequeño intento de conocer algo de la historia de algunos cuadros o de inventar una alrededor de las escenas en ellos reflejadas. Espero visitarte a menudo en tu blog sobre Bogotá. Un cordial saludo.
A Anónimo:
Gracias por tu comentario. Un cordial saludo quien quiera que seas.
Que suerte que te conozco, no conocía ni al pintor, ni tampoco su pintura. Este cuadro me encanta, es precioso, y sobre todo trasmite soledad y mucha tristeza. Gracias. Un abrazo
ResponderEliminarLembranza:
ResponderEliminarSi. Realmente es un pintor muy poco conocido.
Gracias a tí por pasar por este humilde blog.
Un abrazo.