martes, 3 de marzo de 2015

Desnudo descansando (Louise O’Murphy) - François Boucher




Con tan solo 28 años el pintor François Boucher regresa a París en 1731 después de una estancia de cuatro años en Roma, ciudad en la que ha cursado un periodo de estudios becado por la Academia Francesa después de ganar el prestigioso Premio de Roma. Ese mismo año Boucher es admitido como miembro de la Real Academia de Pintura y Escultura lo cual representará el primer paso para introducirse en la élite social y cultural del París de mediados del siglo XVIII.

La entrada definitiva en esa élite la hará unos años después de la mano de una tal Jeanne-Antoinette Poisson, más conocida como la "Marquesa de Pompadour", una bella mujer que con tan solo 23 años se había convertido en la "favorita" de Luis XV el cual la instalaría en Versalles en 1745. Mujer inteligente, interesada por todo lo que representase cultura, se rodeó de escritores, pintores y artesanos llevando una vida muy ajetreada y organizando múltiples eventos para el rey. Madame Pompadour conocedora de las dotes de Boucher le convertiría en su retratista y en el pintor favorito de los nobles relacionados con aquella corte versallesca consiguiendo más tarde su nombramiento como director de la Real Academia y como primer pintor del rey.

Sería seguramente en algún apartamento de aquella ciudad de Versalles, en el barrio de Saint-Louis, en el llamado "Parc-aux-cerfs" (parque de los ciervos) donde  François Boucher conocería a la pequeña Louise O’Murphy, una de las jóvenes amantes de Luis XV allá por 1751.

Según cuenta Giacomo Casanova en sus "Memorias", él propio Casanova había conocido a esa tal Murphy o Morphi en la feria de Saint-Laurent adonde había acudido con su amigo Patu. Morphi era la hermana pequeña de una actriz flamenca con la que habían cenado durante la feria. Al no tener habitación para dormir esa noche había tenido que alquilar la habitación a Morphi a la que consideró "una pequeña fregona de unos trece años" y a la que llama Elena en sus memorias. Cuenta Casanova que eso fue al verla sucia y mal vestida como iba pero que, una vez desnuda y limpia, cosa a la que había accedido la tal Elena a cambio de unas monedas, la encontró bellísima presentándosela al día siguiente a su amigo Patu el cual al verla exclamaría: "El cincel de Praxiteles nunca pudo producir algo más perfecto. Blanca como un lirio, Elena tenía todo lo que la naturaleza y el arte de los pintores pueden reunir de más bello. La belleza de sus líneas era tan celestial que llevaba al alma un sentimiento indefinible de felicidad, una calma deliciosa. Era rubia  y sus bellos ojos azules tenían todo el brillo de los más hermosos ojos negros"

Al parecer y siempre según sus "Memorias", Casanova quiso tener un retrato de ella y un pintor alemán que conocía hizo dos retratos de ella en uno de los cuales Casanova dice que él escribió debajo la palabra O-Morphi, palabra "que no es homérica pero no por ello menos griega y que quiere decir bella"

Conocedor de la desenfrenada atracción por el sexo femenino que mostraba el rey, principalmente por mujeres cada vez más jóvenes, alguien hizo llegar el retrato de O-Morphi a manos de este el cual, prendado de la belleza representada en aquel cuadro, pidió que la llevasen a su presencia para comprobar si el original estaba de acuerdo con la copia. Al verla al natural el rey se entusiasmó con la joven O-Morphi y le propuso convertirse en una de sus cortesanas o jóvenes amantes si su hermana mayor no ponía inconvenientes. Así fue como la tal O-Morphi pasó a alojarse en una estancia del "Parque de los ciervos" y allí sería donde seguramente acudiría a retratarla el pintor François Boucher a instancias tal vez del rey o tal vez de Madame Pompadour.

Recientes investigaciones en los archivos nacionales franceses han confirmado que Louise O’Murphy fue la menor de cinco hermanas hijas de un irlandés llamado Daniel O’Murphy y de su mujer Marguerite Hicky, ambos asiduos visitantes de las cárceles francesas, el uno por chantajista y la otra por ejercer la prostitución. En un informe de un tal Meusnier, inspector de policía en aquellos años, se indica que "la pequeña Luisona fue enviada a la calle de la Coquillere a casa de la señorita de Fleuret, mitad costurera, mitad rufiana, quien la presentó a un desconocido llamado Le Bel" quién al parecer  la haría llegar al rey.

Boucher pintaría a Louise O’Murphy en al menos dos cuadros y en idéntica postura. Louise descansa sobre un diván o "recamiere" de la época,  apoyada sobre su vientre, y con sus piernas entreabiertas en una postura de llamada e incitación sexual al espectador. El color de su piel destaca intensamente sobre el blanco de las sábanas y almohadones sobre los que descansa, así como, sobre todo el entorno verdoso anaranjado que la rodea creándose un clima de profunda atracción hacia ese cuerpo que se nos muestra desnudo y oferente.

El cuadro que hoy vemos se pintó en 1752, es decir un año después de entrar Louise en el "Parque de los ciervos" y se encuentra en la Alte Pinakothek en Múnich  y el otro, idéntico a este como ya hemos dicho solo que con diferentes coloraciones y distinta posición de la rosa caída en el suelo, se pintó un año antes y se expone en el Wallraf-Richartz-Museum de Colonia.

Louise fue repudiada por Luis XV a finales de 1753, unos dicen que por haberse enfrentado a Madame Pompadour, otros piensan que fue debido a las malas artes de la intrigante esposa del Marqués de Estrées que odiaba profundamente a esa marquesa y también los hay que opinan que por haberse quedado embarazada dando a luz una niña en junio de 1754 lo que disminuiría el interés del rey hacia ella. Se sabe que Luis XV le dio al marchar una dote considerable y le organizó su matrimonio con un noble llamado Jacques de Beaufranchel que moriría dos años más tarde. Louise se volvería a casar otras dos veces, la última con casi 60 años y con un hombre al que doblaba la edad y del que se separaría tres años más tarde.

Marie-Louise O’Murphy moriría en París el 11 de diciembre de 1814 después de una larga y accidentada vida.


4 comentarios:

  1. Pobrecita Louise. Vaya vida tan perra!.... Pero sobrevivió...
    Parece muy muy joven.

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  2. El colorido de los decorados me encanta!, aunque lo importante es el personaje que también le sacó toda la belleza que ella tenía.
    Un abrazo.

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  3. Es posible que el rey se cansanse de ella como ocurrió con muchas otras muchachas que pasaron por el Parque de los Ciervos. El rijoso Louis XV era un verdadero obseso sexual que no paraba en mientes de acostarse con chicas verdaderamente jóvenes extraídas de la calle. La niña, aunque bella, me da pena. ¿Cómo acabarían sus días tras servir de modelo al gran Boucher?
    Un saludo

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  4. Un cuerpo de mujer en el rostro de una niña.
    Como siempre una entrada, instructiva la suya.
    Un saludo.

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