martes, 30 de octubre de 2012

Portrait of Meyer de Haan by lamplight - Paul Gauguin




En la última entrada publicada en este blog hablábamos de la obra que realizaron dos grandes pintores, Paul Gauguin y Meijer de Haan, durante su estancia entre los años 1889 y 1890 en la localidad francesa de Le Pouldu. Comentábamos en dicha entrada que ambos pintores habían vivido durante ese periodo en una posada llamada "Buvette de la Plage", una posada situada cerca del mar y regentada por una mujer llamada Marie Henry cuyo amor acabarían disputándose los dos inclinándose Marie por De Haan, el hombre menos agraciado de ambos pero, tal vez, el que consiguió en aquel frío invierno de la Bretaña francesa llegar más hondamente al corazón de aquella joven madre soltera. 

Comentábamos también que, seguramente, Gauguin asistió celoso y derrotado a aquel amor y aunque la relación, pactada e interesada ente ambos pintores, fue correcta y duró mientras duró el poder adquisitivo y pecuniario del pudiente De Haan, es evidente que Gauguin dejó para la posteridad la muestra del rencor que había nacido en él hacia aquel judío feo y jorobado que le había arrebatado unas horas de placer con la joven Marie.

Aquel rencor quedó patente en los misteriosos retratos que Gauguin realizó a su compañero tratando evidentemente de satirizarlo y degradarlo de cara a los ojos de los demás, retratos que entrarían a formar parte, muchos de ellos, de la decoración masiva que ambos pintores y algunos de sus amigos colgaron o realizaron sobre las paredes, ventanas y puertas de la "Buvette de la Plage". Entre ellos estaba este cuadro que hoy traemos a nuestro blog y que fue colocado en el comedor de la fonda haciendo juego y en simetría con un autorretrato del propio Gauguin situado en la misma pared.

En este cuadro, Gauguin pinta a De Haan vestido con un llamativo blusón rojo, con el pelo erizado y pintado de color zanahoria asomando por debajo de su gorro y acariciándose su rojizo bigote con una mano que más bien parece una garra mientras observa con sus ojos saltones dos libros colocados delante de él e iluminados por la luz de una lámpara, dos libros que solía leer De Haan, el "Sartor Resartus" el libro más conocido del escritor escocés Thomas Carlyle y en el que se parodia a Hegel y el idealismo alemán a través del personaje  Diógenes Teufelsdröckh (literalmente: Estiercoldeldiablo) y el "Paraíso Perdido" del ingles John Milton, título que daría también Gauguin a uno de sus cuadros pintados en Le Pouldu.

El autorretrato de Gauguin colgado en la misma pared de la posada, hecho también de forma  caricaturesca y en el que él se representa con los atributos de la santidad, con un nimbo sobre su cabeza y bajo las ramas del "Arbol de la sabiduría" de las que aún penden las manzanas mientras él resiste la tentación de la serpiente que se desliza por sus dedos, contrasta con el que pinta a De Haan en el que este presenta un aspecto satánico y las manzanas del deseo reposan en el frutero indicando que De Haan ya perdió su estado de gracia divina,  que ha cedido al pecado.

A De Haan lo retratará varias veces y siempre con un cierto aire lascivo, con ojos o garras de zorro y con las orejas puntiagudas, como por ejemplo, en su "Nirvana. Retrato de Meyer de Haan" en el que lo representa con ese aspecto y con un aire budista mientras, a sus espaldas, unas mujeres desnudas se agitan en una playa y él sujeta en sus manos una serpiente que adopta la forma de la G de Gauguin en la firma del cuadro. También es un zorro, en el que todos han querido ver la imagen de De Haan, el que cruza su pata sobre el pecho de una doncella tumbada sobre un prado en el cuadro "La perdida de la virginidad" pintado también en Le Pouldu.

La fijación o el rencor por aquella derrota amorosa inflingida por De Haan a Gauguin debió quedar fuertemente fijada en el subsconciente de este último pues, la obsesión por retratarle siempre con ese aire de degenerado presto a saltar sobre su presa, volverá a aparecer doce años más tarde, muerto ya hace tiempo De Haan, en el cuadro "Cuentos bárbaros"  hoy en el Museo Folkwang de Essen en Alemania. En él se puede ver a dos mujeres tahitianas sentadas en el campo y detrás de ellas, observándolas, con sus pies como garras y acariciándose el bigote, está Meyer De Haan con un gesto igual al que mostraba años antes a la luz de la lámpara.

Evidentemente, De Haan fue un elemento recurrente dentro del simbolismo del que Gauguin fue un claro exponente como pintor aunque, no se puede descartar el  lado oscuro y humano de Gauguin, un hombre que, como comentaba Hilton Kramer, no perdonó a nadie, ni siquiera a él mismo, un personaje bastante desagradable del que cuando decidió abandonar Tahití en 1901, dos años antes de su muerte, casi nadie tuvo una buena palabra que decir de él.

Este cuadro, pintado en 1889 y que pasó a ser propiedad de Marie Henry junto con todos los que quedaron en su fonda a la marcha de los pintores, se puede contemplar en el Museum of Modern Art (MOMA), New York. 

Puedes ver más obra de Gauguin en Le Pouldu asi como detalles de los cuadros citados pulsando aquí.

sábado, 20 de octubre de 2012

Maternidad - Jacob Meijer de Haan



El nombre de Meijer de Haan me ha venido al recuerdo al leer la noticia de un robo acaecido hace unos días en el museo Kunsthal de Rotterdam (Holanda) y del que han desaparecido siete cuadros de pintores famosos, entre ellos uno de este pintor, "Autorretrato sobre fondo japonés", sin que hasta la fecha se sepa su paradero.

Jacob Meijer de Haan (1852- 1891) fue un pintor holandés que no es demasiado conocido por su pintura, dada su baja producción y lo diseminado de la misma, pero, cuya imagen si lo es debido a los misteriosos retratos y caricaturas que de él hizo Gauguin en el periodo entre 1889 y 1890, periodo en el que ambos pintores compartieron su vida y sus experiencias pictóricas en Le Pouldu, una pequeña localidad de la Bretaña francesa situada a pocos kilómetros de Pont-Aven

Meijer de Haan, educado en la Escuela de Bellas Artes de Amsterdam y perteneciente a una rica familia judía, había trabado conocimiento un año antes con Paul Gauguin y con todo el grupo de pintores que se había ido formando desde 1886 en Pont-Aven y al que se denominaría el grupo de la Escuela de Pont-Aven. A esta localidad había llegado Meijer atraido por su deseo de aprender lo que era el impresionismo y recomendado por Theo, el hermano de Vincent Van Gogh y con el que había vivido una larga temporada en París. Al poco de conocer a Gauguin este le expresó las carencias económicas por las que atravesaba y su deseo de marchar de Pont-Aven a otro lugar más tranquilo y alejado del bullicioso círculo de pintores que residía en esta localidad por lo que Meijer, económicamente desahogado gracias a la ayuda que le llegaba de su familia en Holanda,  le propuso mantenerle económicamente a cambio de sus clases lo que Gauguin aceptó marchando ambos en el otoño de 1889 a Le Pouldu

En Le Pouldu se alojaron ambos pintores en una posada llamada "Buvette de la Plage", una posada cercana al mar, aislada de todo bullicio y regentada por una mujer, madre soltera, llamada Marie Henry, la misma que aparece en el cuadro que hoy traemos a este blog y en el que se la ve amamantando a su pequeña hija Léa a la que había dado a luz hacía pocos meses y a la que Gauguin y Meijer apodarían cariñosamente Mimi, pintándola ambos posteriormente en varios retratos y apuntes.

El cuadro presenta una imagen conmovedora, espiritual y a la vez decorativa poniendo de manifiesto las bases de la pintura de los nabis, grupo nacido también bajo la influencia de Gauguin. En él se refleja esa ternura que tal vez llegó a trasmitir Meijer a Marie Henry y que provocaría que ella se convirtiese en su amante llegando a tener una hija, Ida, fruto de sus relaciones amorosas, relaciones a las que Gauguin asistiría seguramente celoso y despechado o herido en su amor propio teniendo en cuenta que Gauguin, como más tarde declararía la propia Marie, era un hombre guapo y apuesto mientras que Meijer era un individuo feo, jorobado y enfermizo. 

Durante el tiempo que convivieron juntos los dos pintores en la posada de Marie, se dedicaron a decorar toda la vivienda colgando todas sus pinturas en los muros de la misma y llegando a pintar las propias paredes, los techos, los cristales de las ventanas, las puertas y hasta ciertos objetos de cerámica o vidrio que en ella existían. También los pintores Paul Serusier y Charles Filiger aparecieron por allí y se alojaron en la posada durante algún tiempo dejando igualmente colgadas algunas de sus obras. El cuadro "Maternidad" se colocó en el comedor, en el centro de una de las paredes y escoltado por dos paisajes de Gauguin como contaría años más tarde Marie Henry a los investigadores que trabajaron en los estudios sobre la decoración realizada por ambos pintores.

A finales de 1890 Gauguin salía de Le Pouldu con la idea de viajar pronto a Haiti y Meijer de Haas, sin poder acompañarle por haber dejado de percibir el dinero que su familia le mandaba, marchaba también unos meses después con destino a Holanda. Meijer moriría pocos años después arruinado y víctima de la tuberculosis sin llegar a conocer a su hija IdaMarie, por su parte, conocería en 1983 a un tal Henri Motheré con él que se iría a vivir, llevándose todas las obras que se pudieron desprender y transladar, entre ellas la "Maternidad". Al parecer, la posada fue arrendada y después vendida tapándose los murales que permanecieron desconocidos públicamente hasta 1924 en que su nuevo propietario los encontró vendiéndolos a diversos museos y coleccionistas. Marie conservó durante muchos años todas las obras que luego pasarían a manos de sus hijas Léa e Ida que las vendieron también a coleccionistas privados.

La "Maternidad" se encuentra actualmente en poder de un coleccionista suizo. Marie murió en 1945 tras un bombardeo en Toulon y la posada fue derribada y construida de nuevo y hoy se ha configurado como la Maison-Musée du Pouldu en la que se intenta recordar el paso de aquellos dos pintores.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Sonja (Sonja, Max Herrmann-Neisse im Hintergrund) - Christian Schad



Ya hace tiempo que visitábamos en este blog una de las obras más conocidas y características del pintor expresionista alemán Christian Schad, su crudo y casi dramático ¨Autorretrato con modelo¨ y hoy volvemos a traer otro cuadro suyo, también muy conocido y además no exento de esa misteriosa carga escénica que impregna gran parte de su obra pictórica.

En esta tela podemos ver la imagen de una mujer vestida de negro y sentada ante una mesa de algún café o restaurante mientras fuma un cigarrillo Camel por medio de una larga boquilla. Al fondo, como escoltándola, aparecen dos misteriosas y recortadas figuras, una a cada lado del cuadro y de las que solo se aprecia parte de su rostro. Para terminar de añadir algo más de misterio a la escena, la mesa situada a la espalda de la mujer y que casi no la deja espacio para el movimiento, contiene un cubo con una botella de champán vacía como vacía está ya la silla de esa mesa.

¿Quién era esta mujer y a que personajes corresponden las dos figuras que la acompañaban en aquel lugar? Gracias a Schad y sus amigos sabemos algunas cosas de este cuadro que de otra forma nos habrían resultado desconocidas.

La mujer de los grandes y cansados ojos y que prestó su imagen a la escena era una secretaria berlinesa llamada Sonja, (desconocemos su apellido) que le había sido presentada a Schad por su amigo Felix Bryk, un periodista y entómologo sueco que residía en Berlin y que había introducido a Schad en los círculos político-literarios del Berlin de los años veinte y con el que recorrería también todos los garitos de ese mismo Berlin a la búsqueda de algo nuevo o inusual que plasmar en sus lienzos. 

Sonja, por tanto no era una prostituta, ni una artista de cabaret, ni pertenecía a los círculos periodísticos a lo Sylvia von Harden sino que era simplemente, como decíamos, una secretaria pero Schad la pintará con esa imagen de mujer nueva, emancipada, liberada, imagen a la que tanto contribuirían Otto Dix, Max Beckmann, Rudolf Schlichter, Karl Hubbuch o el propio Schad, pintores todos ellos pertenecientes al movimiento Nueva Objetividad, un movimiento empeñado en mostrar la nueva imagen de la vida pública alemana durante la Republica de Weimar.

Se cuenta que Sonja tampoco se llamaba Sonja y que este nombre se lo puso Schad figuradamente en recuerdo de la noble prostituta de igual nombre que aparece en la novela de Dostoyevsky, "Crimen y castigo" publicada en 1886, novela de la que él y principalmente su amigo, el escritor y dadaísta Walter Serner, eran unos fervientes admiradores.

Se sabe que el local en el que aparece retratada Sonja era el ya desaparecido Café Romanisches, un café berlinés abierto en los bajos de la prestigiosa Haus Romanisches en la avenida Kurfürstendamm, aproximadamente en el lugar en el que hoy se ubica el Europa-Center. Dicho café era un lugar de encuentro de los escritores, pintores, actores, directores, periodistas y críticos más renombrados del momento. También acudían a este café los artistas que se querían promocionar existiendo distintos reservados dentro del propio café según el grado de popularidad de los asistentes. Allí se podía ver al dramaturgo Bertolt Brecht, a los escritores Erich María Remarque y Franz Werfel, al director de cine Billy Wilder, a los pintores Otto Dix y George Grosz o a la periodista Sylvia von Harden entre otros muchos. La llegada al poder del nazismo puso en el punto de mira a este café del que fueron desapareciendo todos estos clientes asiduos. El Haus Romanisches fue completamente destruido durante un bombardeo de los aliados en 1943.

Asiduo del Romanisches era el escritor y crítico de cabaret, Max Herrmann-Neisse, un gran amigo de correrías nocturnas tanto de Shad como del pintor George Grosz el cual le retrataría en dos de sus lienzos. Hermann-Neisse padecía un enanismo desde su juventud pero esta patología no le había privado de su sentido del humor y la perspectiva cínica con la que aderezaba sus escritos en apoyo del movimiento de la Nueva Objetividad. Max aparece semiretratado en este cuadro como el hombre de la chaqueta negra resultando inconfundible una de sus grandes orejas así como su cráneo liso como una pelota de billar.

Con respecto al hombre de la chaqueta roja hay quiénes afirman que se trataría de Felix Bryk pero más bien parece que Shad incorporó al cuadro al pianista que seguramente tocaba por las tardes en el Romanisches.

Un cuadro para detenerse en él un buen rato mientras se intenta conseguir una mesa en ese desaparecido Café desde la que poder observar a todos esos genios que fueron. Pintado en 1928 se puede contemplar - no siempre - en la Neue Nationalgalerie, Berlin. Como detalle curioso añadir que Shad firmó su cuadro en la manga izquierda del traje de Sonja. Puedes ver más obra de Christian Schad en este video.