viernes, 22 de febrero de 2013

Caffé Greco - Renato Guttuso



El "Caffé Greco" es un café ubicado en el número 86 de la Vía dei Condotti en la ciudad de Roma.

Inaugurado en 1760 por el griego Nicola della Maddalena es, después del "Caffé Florian" de Venecia, el café más antiguo de Italia y uno de los cafés literarios más antiguos de Europa todavía en servicio. A lo largo de los años ha sido frecuentado por artistas, intelectuales, famosos y famosillos de todo el mundo que lo han convertido en lugar de visita obligada durante sus estancias en Roma. Por él pasaron Goethe, Christian Andersen, Byron, Gabriele D'Annunzio, Luis de Baviera, Stendhal, Nicolás Gogol, Schopenhauer, Mark Twain, Corot, De Chirico, Hector Berlioz, George Bizet, Toscanini, Wagner, Orson Welles y hasta el mismísimo Buffalo Bill. La lista de personajes es interminable pero su paso lo acreditan las fotos, cuadros y documentación que el "Greco" guarda entre sus paredes y en sus archivos. 

Renato Guttuso, también fue uno de los visitantes ilustres y asiduos del "Caffé Greco". El pintor siciliano, senador por el partido comunista y multimillonario cuando pintó el cuadro que hoy visitamos, vivía en la ciudad de Roma en el llamado Pallazo del Grillo, lugar en el que había montado su residencia desde 1965. 

De Guttuso ya hablamos cuando visitábamos hace ya tiempo su magnífica obra "La Vucciria". En ese cuadro comentábamos que Gutusso intentaba dar una idea de lo efímero de la vida. De ese lienzo el decía que : "Es una naturaleza muerta en la que los seres que por ella se mueven también serán algo muerto algún día. ....". En el cuadro que hoy nos ocupa Guttuso vuelve sobre esta idea y nos presenta un mundo en el que los vivos conviven con los muertos, la efímera modernidad con lo antiguo. 

Pintado en 1976, este "Caffé Greco", cuadro que se puede ver en el Museo Tyssen-Bornemisza de Madrid, es un estudio preliminar realizado en acrílico sobre cartón entelado para la obra definitiva que realizaría ese mismo año y que se encuentra en el Museo Ludwig de Colonia. En él podemos ver el animado interior del "Greco" en el que jóvenes, turistas japoneses y parejas homosexuales conviven con individuos ya desaparecidos, muchos de ellos personajes famosos y que Guttuso coloca en el cuadro para potenciar ese mínimo espacio que separa el pasado del presente.

Sentado a la izquierda del cuadro podemos ver a un hombre mayor que es el pintor metafísico Giorgio de Chirico, un asiduo del "Caffé Greco" y amigo personal de Guttuso que pintará este cuadro como su homenaje a De Chirico. Sentada a su lado, la mujer de la amplia cabellera es la que fue magnífica actriz, la romana Ana Magnani, la interprete de aquellas famosas películas como "Roma, cittá aperta" y "Mamma Roma". De ella diría Tennessee Williams que: "Nunca vi una mujer más hermosa, de ojos tan grandes y piel como el jabón Devonshire". Al fondo y pegado a la pared podemos ver a William Frederick Cody, más conocido como Buffalo Bill. Buffalo Bill pasó por Roma hacia 1890 con su famoso espectáculo teatral conocido como el Buffalo Bill's Wild West y con el que recorrió toda Europa. Unas fotografías colgadas en el propio café dan prueba de que Buffalo Bill estuvo allí. También estuvieron allí algunos de los jefes indios que participaban en su show y a uno de los cuales retrata Guttuso sentado al lado de Buffalo Bill. También, en la mesa que hay en primer término, se puede ver entre los tertulianos al escritor francés y premio nobel, André Gide, un comunista renegado que consiguió que la Iglesia Católica incluyera todos sus libros dentro del "Indice de libros prohibidos" por su defensa de los derechos de los homosexuales, un hombre que también pasó por el "Greco"

El cuadro hace sentirse al espectador como un viajero o turista que, sentado al fondo del café, observa el lugar y el ambiente mientras descansa el cuerpo agotado por las largas caminatas a través de la Ciudad Eterna. Con un poco de imaginación tal vez pueda encontrar ahí dentro, como en el caso de "La Vucciria", a la que fue la amante de Guttuso durante más de veinte años, la bella Marta Marzotto, o a su fiel esposa, Mimisse Dotti.

Un cuadro mágico, como todos los de Guttuso. Misterioso, divertido. Hecho para cotillear en él sin olvidar su mensaje de lo efímero. 

Puedes entrar un momento al "Caffé Greco" pinchando en este video.


22 comentarios:

  1. He conocido a Guttuso a través de tus entradas y realmente es cierto que cuando contemplas sus cuadros te sientes no solo espectadora sino parte integrante de los mismos ó sera que los explicas tan bien....
    Se te echaba de menos
    Saludos

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    1. Guttuso tiene cuadros en los que siempre te obliga a participar. Lo mismo puedes estar en un burdel rodeado de prostitutas mientras ves pasar a Van Gogh con su cortada oreja en una bandeja, bailando rodeado de parejas o encabezando una ocupación de unas tierras sin cultivar. Te hace estar en el cuadro durante horas sin que te llegues a aburrir del mismo. Gracias por tus visitas. Un cordial saludo.

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  2. ¡¡¡Qué bueno!!!, qué ilusión me ha hecho volver a entrar en el Caffe Greco, la cámara se ralentiza al pasar justo por el rincón en el que estuvimos sentados, ¡qué bueno!, ¡qué sensación...!
    Una entrada apoteósica para mí, después de tanto tiempo perdido.

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    1. Realmente el Cafe Greco es como todos estos cafés antiguos de Europa un lugar para visitar. El Florian de Venecia, el Central de Viena, el New York de Budapest, el A Brasileira de Lisboa, el Gijón de Madrid son cafés por los que hay que volver a pasar siempre aunque sepas que tomarás el té más caro del mundo.

      Un saludo.

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  3. Interesante!, me gusta su forma de representar escenas de la vida con tanto realismo y viveza. Un abrazo

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    1. Guttuso es un pintor social y te muestra el entorno unas veces irónico y otras descarnado y agresivo. Era un grandísimo pintor y un gran vividor. Un abrazo.

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  4. Me gusta mucho esta obra. Te hace sentir que realmente eres un habitante más de ese concurrido Café. Habrá que visitarlo. abrazos.

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    1. El Café Greco hay que visitarlo siempre que se va a Roma. Un par de tés con unas pastitas te costarán 30 € pero es el precio por sentarte en alguna de las sillas que calentaron tantos culos famosos.

      Un abrazo.

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  5. Es un lienzo realmente excelente. Visité el Cafe Greco en Via Condotti la última vez que estuve en Roma, pero no reparé mucho en esta obra. Ahora me ha llenado mucho más, pues reconocer a De Chirico, Ana Magnani, André Gide... no es cualquier cosa. Estupenda disección del que fue núcleo y crema de la intelectualidad de la Dolce vita italiana. Un abrazo.

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    1. Yo también he visitado el Café Greco aunque debo reconocer que no es uno de mis cafés favoritos en Europa. Mi favorito y a distancia es el Café Central de Viena, un lujo de café donde las horas pasan sin sentir. Un abrazo.

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  6. Buen dia amigo,
    muy interesante la lectura que haces de este cuadro, con tu explicacion todo cobro sentido para mi al observarlo. Ahora veo la obra muy diferente del primer momento, y mas claro.
    Espero hacerlo, pero todavia no tengo el gusto de conocer el Cafe Greco de Via Condotti, en cambio recorde ahora mismo la Confiteria El Greco, de Buenos Aires, donde siempre voy, es que sirven un cafe y unas exquisiteces... ;)
    Fuera de broma, siemrpe es un placer conocer mas obras y artistas de tu mano. Un abrazo, feliz sabado.

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    1. Yo había oído hablar del Café Tortoni pero si me recomiendas ese pasaré por allí cuando visite Buenos Aires, ciudad a la que tengo ganas de ir. Me alegro que te gustase la entrada. Un abrazo y feliz semana.

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  7. No conocía a Guttuco. Me ha gustado el cuadro y reconocer en él los personajes que menciona: Magnani, Bill..., algún otro habrá que no he reconocido. Por haber hay hasta un turista japonés cámara en ristre. Un saludo.

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    1. Yo creo que hay algún otro personaje famoso - se habla de Savinio, el hermano de Chirico, y de Apollinaire pero yo tampoco los identifico. Un cordial saludo.

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  8. Fíjate, no recuerdo haber reparado en este cuadro cuando he visitado el Thyssen, aunque bien es verdad que no conocía su historia. Verdaderamente llama la atención lo abigarrado de la escena, con gentes repartidas con aparente caos por la superficie del lienzo, aunque realmente el pintor sigue un ritmo determinado. Los veladores en torno a los cuales se sientan los personajes actúan de ejes grupales. Es curioso que cada rostro parace encerrar una historia vital, así como el espectador intenta recrear las conversaciones que fluyen en el interior del café. Me recuerda literariamente a el café de "La colmena" de Camilo José Cela, llevada a lo artístico.
    Prometo fijarme la próxima vez que vaya al Thyssen.
    Un saludo

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    1. Yo las tres últimas veces que he pasado por el Thyssen tampoco lo he visto pero también es verdad que este cuadro lleva viajando bastante ultimamente y sobre todo el año pasado con motivo del centenario del nacimiento de Guttuso. La versión del Museo Ludwig en Colonia es más colorista pero más aburrida. La disposición de la clientela es parecida pero algunos de los personajes han desaparecido o cambiado de lugar. Ana Magnani ya no está y a De Chirico le acompaña una mujer mayor. Hay otra mujer que parece María Callas, Buffalo Bill está en una esquina del cuadro y ya sin indio y el camarero ha cambiado de lugar. Guttuso se debió de divertir bastante con estas dos versiones del Cafe Greco.

      Yo también me fijaré. Un saludo.

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  9. Amigo elpresley, qué buen artículo nos dejas. Qué concienzudo análisis de cuadro y pintor. Renato Guttuso siempre es interesante, siempre te introduce en un mundo en el que el espectador se encuentra como protagonista. Es tan real, tan normal que cuando uno contemple este cuadro se sienta parte de él o quiera sentirse parte de él, porque es muy diferente la ilusión de querer participar de sus personajes que pretender formar parte de ellos. Este Caffé Greco es tan impactante como lo explicas. Un excelente, documentado y personal análisis de un extraordinario cuadro.

    Un abrazo, amigo elpresley.

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    1. Me alegro que te haya gustado ese poco de despiece al cuadro de Guttuso. Como tu bien dices Guttuso es un pintor muy interesante. Su obra y su mundo personal tienen doble fondo y creo que en la primera se refleja lo segundo.

      Un abrazo Antonio.

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  10. Ayer te dejé un comentario en esta entrada y se grabó. Hoy miro y veo que no está. Misterios de la informática.
    Venía a decirte que la entrada no es que me haya gustado es que me ha emocionado y mucho. Roma es una ciudad muy querida por mí de la que nunca me despido, siempre me voy con un "ci vediamo". La próxima vez que vaya al caffé Greco, lo miraré con otros ojos.
    También te decía que ese colorido del cuadro en tonos casi en blanco y negro solamente, refuerza mucho esa idea de lo efímero que nos comentas.
    Un abrazo y gracias.

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    1. Como tu bien dices la informática tiene su misterio y hay días que los ordenadores te juegan unas faenas tremendas.

      Roma es de esas ciudades en las que uno no querría vivir pero a la que siempre estás dispuesto a volver.

      Como le comentaba a Carmen Béjar, la versión del Museo Ludwig es más colorista. Hay que reconocer que este estudio está pintado sobre papel entelado y en acrílico lo cual debilita o agua los colores. Lo que es verdad es que esa idea de lo efímero y de la mortalidad son una constante en la obra de Guttuso. Tal vez por eso vivó la vida con una pasión a veces inconfesable.

      Un abrazo y gracias a tí por tus visitas.

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  11. Bueno Melodie. Pues encantado de que hayas tropezado con mi blog y te haya gustado. Como tu bien dices, los blogs son como hijos y hay que dedicarles un poco de tiempo pero la verdad es que este siempre falta.

    Acepto con agrado tu invitación y hoy mismo me doy una vuelta por tus blogs sobre todo si como dices existe el optimismo cosa que siempre es de agradecer.

    Otro abrazo, este desde Valencia.

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  12. Es un cuadro precioso ymuy original. ¿Y quién no ha visitado el Greco cuando ha ido a Roma? A veces he tenido que dar una vuelta para esperar tener un sitio donde sentarme y dejarme envolver por su atmósfera.
    Un trabajo, como siempre, estupendo.

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