lunes, 13 de junio de 2011

Truman Capote - Andy Warhol


Escribía Julia Luzán hace ya algún tiempo que: "Warhol, más que pintar, maquilla. No pinta rostros sino que capta la imagen del personaje a través de las polaroids: Marilyn, Liz Taylor, Reagan, Jakie Kennedy y lo hace con la misma asepsia con la que pinta una lata de sopa. Es el distanciamiento absoluto".

Efectivamente, la obra de Warhol es fría, aséptica, sistemática, reiterativa y fabril y sin embargo ha pasado a la historia del siglo XX como la obra de un pintor destacado, cotizado y también, conocido popularmente.

Tal vez el secreto de Warhol estuvo en trasladar lo rutinario, lo popular, la política, el mundo rosa y el glamour a sus lienzos para que el espectador no tuviera que pensar demasiado en que es lo que se le ofrecía porque el producto era un producto conocido, un producto que entraba por los ojos.

En la década de los setenta se sentaron delante de su Polaroid cientos de clientes ricos y famosos. Personajes como Liza Minelli, Grace Jones, Mick Jagger,Yves Saint Laurent, Rudolf Nureyev, Dennis Hopper, Willi Brandt, David Hockney, Farah Dibah Pahlavi, Jane Fonda, Robert Mapplethorpe, Meryl Streep, Jerry Hall, Michael Jackson, Jean-Michel Basquiat, Keith Haring y muchos más, aguantaron horas de posado para las innumerables fotos que de cada personaje hacía Warhol. Después, cuando él había elegido la que más le gustaba, se la enseñaba al cliente y si a este también le gustaba la foto pasaba a su proceso de conversión al lienzo. Al maquillaje como diría Julia Luzán. Uno de estos personajes que posaron para Warhol fue el escritor Truman Capote.

Para Warhol, Truman Capote fue un ídolo desde su más temprana edad, exactamente desde el año 1948 en que procedente de Pittsburgh, su ciudad natal, y recién llegado a Nueva York en busca de trabajo, tuvo la ocasión de contemplar la foto de Capote tomada por Harold Halma que ilustraba la contraportada de su libro "Otras voces, otros ámbitos" lo que provocó que desde ese momento se propusiera conocerlo en persona. Contaba Capote que estuvo recibiendo cartas de Warhol casi a diario durante un año y que al salir de su domicilio raro era el día que no encontraba a aquel jovencito esperándole a la puerta de su casa con la intención de conseguir un autógrafo y una entrevista.

Cuatro años más tarde, Warhol presentaba su primera exposición individual en la galería Hugo de Nueva York con el título "Fifteen Drawings Based on the Writings of Truman Capote" (Quince dibujos basados en la obra de Truman Capote) que resultaría un éxito y a la que asistiría su gran ídolo y con el que entablaría una amistad que duraría toda la vida.

A lo largo de esa vida, ambos se buscarían para exhibirse y exhibir al otro en las grandes fiestas del todo Nueva York. Así, era fácil ver a Capote como un invitado de excepción en la inauguración del espectáculo lanzado por Warhol, su "Explodin Plastic" con el grupo "Velvet Underground" y el cantante "Nico" interpretando sus canciones sobre la heroína, los transexuales y el sadomasoquismo y a los pocos días ver a Warhol en compañía de Henry Geldzahler en la legendaria fiesta de etiqueta que organizaba Capote en el hotel Plaza, la "Black and White Ball", rodeados por personajes de la talla de Frank Sinatra, Mia Farrow, Sammy Davis Jr., Norman Mailer o Harper Lee.

Warhol fotografió a su amigo en numerosas ocasiones a lo largo de su vida y lo pintó otras tantas siendo uno de esos retratos portada de la revista "Interview", la revista fundada por el mismo Warhol.

El retrato de Truman Capote que hoy contemplamos es una de las muchas versiones en distintos tonos que realizó sobre la base de una foto polaroid que le tomó en 1979, y que nos muestra a un Capote que empezaba a reflejar ya en su rostro los efectos del alcohol y las drogas a las que se convertiría en asiduo en sus últimos años y que le añaden unos cuantos más a los solo 55 que tenía cuando Warhol le retrata. Atrás quedaban los años de fama y sus grandes éxitos como novelista con "Desayuno en Tiffany’s" y "A sangre fría". Este Capote es ya únicamente el alcohólico Capote de las noches de borrachera en la legendaria discoteca Studio 54, rodeado por sus amigos Warhol, Bianca Jagger, Elizabeth Taylor y muchos otros asiduos de las noches neoyorquinas de finales de los 70

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