Mario llevaba muchos años detrás de la barra del Savoy. Sabía todas las historias de los habituales de aquel bar y conocía sus miserias y sus riquezas casi siempre pasadas de alcohol.
Aquella tarde, Mario trataba de convencerla de que aquel hombre la seguía queriendo como el primer día. Que el lío amoroso que había tenido con aquella medio puta que a veces venía por el Savoy no había sido más que eso, una noche pasada de alcohol.
Ella le escuchaba mientras fumaba cigarro tras cigarro. Su corazón se había roto y no podía entender las palabras de Mario.
Estaba bellísima. Allí, al otro extremo de la barra, él esperaba, tal vez, una mirada.
Esta es una cita de un libro ¿no? Estoy demasiado intrigado pues no puedo recordar de cual.
ResponderEliminarLlegando esta mañana a tu blog, más que seguro que seguiré visitándolo.
gracias!
Pues lamento decepcionarte pero esas cuatro palabras salieron de mi pobre cabeza.
ResponderEliminarPerdona que no te haya contestado antes pero es que este post es ya antiguo y no me había mirado la lista de actualización de comentarios.
Vuelve cuando quieras. Gracias a tí por tu visita.
Un saludo.