miércoles, 9 de febrero de 2011

Le Docteur Paul Gachet - Vincent van Gogh


El doctor Paul Gachet era un médico homeópata y psiquiatra aunque, su segunda actividad y su gran pasión, era la relación que mantenía con el arte como pintor, grabador y coleccionista

Residente en la localidad de Auvers-sur-Oise, un pequeño pueblo a unos 40 kilómetros al noroeste de Paris, y amigo de Cezanne y Pisarro, conoció a Van Gogh cuando este llegó en mayo de 1890 a Auvers recomendado por su hermano Theo con la esperanza de que el pintor se recuperase del grave desequilibrio psíquico que le afectaba.

Fruto de la relación médico-paciente, pronto se estableció una amistad entre el doctor y Van Gogh pintando este último varios cuadros en la casa del doctor, entre ellos, dos a su hija Marguerite y otros tres a Paul Gachet, incluidos todos ellos dentro de los cerca de 70 cuadros que pintó en los dos meses que vivió en Auvers antes de suicidarse el 29 de julio.

Uno de ellos fue este cuadro titulado como "El doctor Paul Gachet" y en el que Van Gogh lo retrata con una expresión entre apesadumbrada y melancólica y sentado al borde de una mesa sobre la que hay dos libros titulados: Germinie Lacerteux y Salomon Manette, libros escritos por dos hermanos que trabajaban en estrecha colaboración, Edmond y Jules de Goncourt y que, según algunos autores, podrían representar la estrecha relación que existía entre Van Gogh y su hermano Theo. Al lado de los libros hay un pequeño jarrón con unas ramas de "dedalera" o "digital", una planta medicinal de la que se extrae la digitalina y que Van Gogh debió colocar en alusión a la profesión del retratado.

Este cuadro, del que existe otra versión también realizada por Van Gogh en esas semanas y que se exhibe en el Musée d’Orsay en Paris - aunque hay quienes afirman que esta no fue pintada por él - ha tenido una larga y movida historia desde que fue realizado.

Vendido por la cuñada de Van Gogh por 300 francos en 1897 fue comprado y vendido varias veces hasta 1911 en que fue adquirido por el Städel Museum de Frankfurt donde permaneció hasta 1933. Con la llegada del Nacional Socialismo estuvo a punto de ser destruido pero al final, Hermann Göring, lo vendió a un marchante de Ámsterdam quién, a su vez, lo vendió a un coleccionista llamado Kramarsky, el cual, se lo llevó consigo a Nueva York donde la obra fue a menudo prestada al Metropolitan Museun of Art. Más adelante, la familia de Kramarsky subastó el cuadro en 1990 y la pintura se hizo célebre cuando el multimillonario japonés Ryoei Saito pagó 82,5 millones de dólares por ella en una subasta en la sala Christie’s de Nueva York, con lo cual se convirtió en la pintura más cara hasta entonces subastada. Después, no se volvió a saber nada más de este cuadro a excepción de una nota publicada en 2007 en la que se comentaba que Saito se había arruinado y lo había vendido una década antes a un inversor australiano, un tal Wolfgang Flöttl que a su vez habría vendido el lienzo a personas hoy en día desconocidas.

La copia exhibida en el Musée d’Orsay fue donada en 1952 por el hijo de Paul Gachet junto con una importante colección de obras de Cezanne.

Se ha llegado a especular con la idea de que el Dr Gachet, que como se sabe era un buen pintor, habría falsificado dicha obra así como que se habría apropiado de otras que Van Gogh pintó en Auvers unas semanas antes de su muerte pero, esa, es una hipótesis muy aventurada que, se supone, habrán descartado los técnicos hace ya tiempo.

6 comentarios:

  1. Qué interesante lo que nos cuentas!
    Siempre me fascinó Van Gogh, además de por su genialidad como pintor y por su terrible sufrimiento personal, por su productividad. Me parece increíble tanta creatividad volcada lienzo tras lienzo a ese impresionante ritmo de sus últimos meses...

    ya no estoy encerrada en mi cuadro, me he ido, saltando de lienzo en lienzo, y es muchísimo más entretenido.
    Saludos!

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  2. Has hecho bien. Estar siempre debajo de una pérgola debe ser muy aburrido.

    Ahora, espero que me digas sobre que lienzos paseas a ver si puedo contar algo sobre alguno de ellos.

    Saludos anónima.

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  3. Pues mira, hoy llevo una cesta en un cuadro de Winslow Homer. Llevo un pescado que me acabade dar mi padre, marinero de cerca, no del cerco, y no parezco ni americana, ni inglesa, parezco gallega, aunque el arenal en el que estoy es inglés o eso dicen por aquí. Tengo las manos tan frias que creo que voy a conocer los sabañones.

    A ver si me encuentras :-)

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  4. Por las pistas que das me imagino que el cuadro es uno de los que pintó Winslow en su estancia en el pueblo de pescadores de Cullercoats.

    El cuadro se llama "Tynemouth sands" y se ve a tres pescadoras caminando por la playa con unas cestas bajo el brazo. La que va delante lleva una merluza que mide un metro.

    El cuadro está en el Museo de Boston.

    ¿Te encontré?

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  5. Siiiiiii!!!!

    Cuando tengas ganas de volver a verme dímelo que te dejo más pistas de por donde ando saltando,
    mientras te dejo un saludo agradecido por lo ameno de tu blog y por animarte a jugar conmigo.

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  6. Encantado de jugar contigo en el mundo del Arte.

    Un saludo agradecido a ti por perder unos minutos en pasear por este blog.

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