En el arte español de principios de los años setenta, surgió un grupo de jóvenes pintores que intentaban romper con los moldes pictóricos establecidos y que apoyados por una serie de galerias como la Vandrés, Buadés y Amadís y por críticos como Juan Manuel Bonet, Angel Gonzalez, Francisco Calvo Serraller y Fernando Savater, constituyeron en Madrid lo que fue denominado como el grupo de "Los Esquizos", movimiento de similares inquietudes al surgido en Cataluña y al que se denominaba "Los Oligos".
En 1976, Guillermo Perez Villalta, integrante de este movimiento pionero de lo que luego sería la "movida madrileña", pintó en este cuadro con ese largo título a casi todos los integrantes del citado grupo subidos en una especie de atrio como en un intento de plasmar, simbólicamente, la ilusión de aquel grupo por revolucionar el arte en aquel momento de sus vidas.
En este cuadro quedaron plasmados, junto al propio autor, los pintores Luis Gordillo, Rafael Perez Minguez, Carlos Alcolea, Carlos Franco, Javier Utray, Manolo Quejido, Chema Cobo, Luciano Martin y José Luis Bola Barrionuevo, el crítico, pintor y alma del movimiento Juan Antonio Aguirre, los críticos Juan Manuel Bonet, Juan Perez de Ayala y Fernando Huici, el fotógrafo Luis Perez Minguez, el pintor, músico y posterior fundador del grupo "Radio Futura", Herminio Molero, así como las galeristas Mercedes Buades y Gloria Kirby, esta última fundadora de la Galería Vandrés.
Quedó sin salir en el cuadro uno de los más jóvenes integrantes del grupo, el que luego sería un gran pintor, Sigfrido Martín Begué, fallecido a principios de este año.
El cuadro es un magnifico documento de la transición y se observa casi con una mirada meláncolica por los que vivimos aquellos años del "cambio".
Este cuadro se conserva en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid.
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