No sabremos realmente si Christian Schad era realmente un "macarra" un "chulo" y un "narciso" o su pintura quería reflejar la crítica a la sociedad alemana de posguerra a través de ese aire cínico que caracterizaba la obra del grupo de pintores que formaban la "Nueva Objetividad". El caso es que, por las huellas que dejó en su autorretrato, se le podría definir con esos epítetos.
La camisa de gasa transparente, realmente hortera, busca la provocación del espectador.
El narciso que se balancea detrás de la mujer se podría interpretar como la sensación que él tiene de ser realmente bello.
Tanto él como ella, no parecen estar compartiendo absolutamente nada del momento. Él, mira fijamente a los espectadores. Ella, con su mejilla izquierda surcada por una tremenda cicatriz y la mirada perdida en otro lugar, parece un objeto con lazo y con la marca de su chulo.
Tal vez, Christian Schad, era algo más aparte de un buen pintor.
Este cuadro pintado en 1927 se exhibe en la Tate Modern, Londres, en préstamo de colección privada.
No sabría decir el porqué, pero mirando este autorretrato siento que además de pintor fuese forense...no sé...
ResponderEliminarEsa gasa con cremallera me cuesta verla como una prenda de ropa, me parece más el retrato gélido, tortuoso y metafórico de su propia piel. No sé...
La mujer me parece "la antípoda" de la sensualidad y el calor.
Tampoco me gustaría quedarme encerrada en este cuadro.
Mira, lo del forense me ha hecho reir. Debe ser el colmo del mal rollo. Ir ha hacer el amor y que la mujer te diga que pareces un forense.
ResponderEliminarEse debe ser el llamado "síndrome de la mujer diseccionada".