Giuseppe pintó este cuadro en 1902 como un testimonio del clamor de las clases rurales pidiendo su hueco en la Europa industrial de principios de siglo. La pintura no tuvo éxito y se achacó el suicidio de Pellizza, cinco años después, al sentimiento de fracaso experimentado debido al poco interés mostrado por la crítica a su obra.
Bernardo Bertolucci le haría famoso en 1976 colocando su cuadro como foto fija en el inicio de su película "Novecento".
Ironías del tiempo.
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