"Los Incoherentes" fue un movimiento de finales del XIX fundado por el escritor y editor Jules Lévy en 1882 que, junto con "Los Nabis" o "Los Hidrópatas" agrupó a la bohemia artística de vanguardia del todo París en los cafes y cabarets de la zona de Montmartre y sus alrededores con el fin de romper moldes con el arte establecido, el lenguaje y los espacios y formas de diversión. Había que utilizar el humor, el espectáculo público y contradecir las normas establecidas para intentar sentar las bases de lo que sería el arte más innovador del siglo XX.
En estos lugares de diversión se juntaron Van Gogh, Matisse, André Derain, Renoir, Toulouse-Lautrec, y Degas entre otros muchos y por allí pasaron también Picasso y dos grandes pintores catalanes, Ramón Casas y Santiago Rusiñol.
Este cuadro, titulado “Café de los Incoherentes” y de acuerdo con los datos aportados por Josep de C. Laplana en su libro “Santiago Rusiñol: el pintor, l’home”, no está pintado en ese café parisino, ya que, al parecer, no concuerda la imagen reflejada en el cuadro con las que se tienen de cómo era dicho café.
Otras fuentes indican que el “Café de Los Incoherentes” abrió sus puertas en 1884, en la Rue Fontaine, en Pigalle, y más tarde, en 1893, adoptó el nombre de "Los Decadentes" convirtiéndose en un "café-concert".
Gracias a unos datos escritos por Rusiñol en el reverso del cuadro sabemos que el hombre sentado en una mesa y bebiendo una absenta en compañía de una joven es el pintor Ramón Casas mientras que, el que lee el periódico unas mesas más atrás es Miguel Utrillo, ingeniero y periodista catalán que acababa de trasladar su residencia a Paris como corresponsal del periódico “La Vanguardia”, personaje este que daría su apellido al hijo de la modelo y pintora Suzanne Valadon, el cual, años despues, sería el famoso pintor de Montmartre, Maurice Utrillo.
También se sabe que el personaje que aparece desdibujado a la izquierda del lienzo y apoyado contra la amarilla pared del café es el escultor Enric Clarasó y que el personaje con chistera situado a espaldas de la joven, corresponde al crítico teatral, Carles Costa.
Según Laplana, el titulo que le dio Rusiñol al cuadro, no tiene nada que ver con el sitio donde se pintó y más bien, se refiere a los cuatro "incoherentes" repartidos por el café, a sus "incoherentes" amigos catalanes, titulo que coincidiría con el humor burlesco que promovía el movimiento parisino de "Los Incoherentes".
Este cuadro pintado en 1890 se exhibe en el Museo del Monasterio de Monserrat, Barcelona
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