Si se visita New York por primera vez, hay tres cosas que está uno casi obligado a ver antes de nada: la Estatua de la Libertad, la vista desde el último piso del Empire State Building y el cuadro que hoy traemos a este blog y cuyo original cuelga de una de las paredes del Museo de Arte Moderno (MOMA).
Este cuadro, un icono dentro de la cultura popular estadounidense, solo es comparable en popularidad al "Gótico americano", el cuadro pintado por Grant Wood y sobre el que escribimos algo aquí, hace ya algún tiempo. Baste decir que, en 2006, una retrospectiva de la obra de Andrew Wyeth en el Museo de Arte de Pensilvania, fue visitada por más de 175 mil personas en un período de menos de cuatro meses lo que representa un récord jamás igualado en la obra de un pintor vivo.
"El mundo de Cristina" fue pintado por el pintor de Pensilvania, Andrew Wyeth, en el año 1948 en los alrededores de su residencia de verano en Cushing, en el estado de Maine. En este cuadro, Wyeth retrata de espaldas a una mujer vestida de rosa y que parece arrastrarse por una pradera en dirección a una misteriosa casa que aparece lejana, allí en el horizonte. De la simple observación del cuadro no se puede definir la edad de la mujer ni tampoco averiguar si se encuentra en una situación de incapacidad que la impida llegar hasta la casa que ella parece contemplar. Solo destacan, la tremenda soledad de su entorno y la fragilidad aparente de sus delgados brazos en los que descarga el peso de su torso erguido.
Que hace esta mujer y que nos quería contar el pintor con este misterioso cuadro. Eso, lo explicó al mundo el propio Andrew Wyeth.
En este cuadro, él había querido representar a Christina Olson, una vecina a la que había conocido a través de su mujer y que vivía sola con su hermano Álvaro en la casa que aparece en el cuadro. Christina, era una mujer con una incapacidad motora producida por una poliomielitis que la había afectado en su juventud y que no se resignaba a permanecer sentada todo el día ni a usar una silla de ruedas para sus desplazamientos prefiriendo arrastrarse por el campo de donde recogía pequeños ramilletes de flores para adornar su casa.
Realmente, la mujer que aparece en el cuadro no es la propia Christina Olson. En esas fechas, ella tenía ya 55 años y para el detalle de su torso Andrew Wyeth usó a su esposa Betsy como modelo queriendo mostrar con este cuadro el sentimiento de admiración que él había llegado a sentir por aquella mujer.
A Christina la pintó en numerosos cuadros y también a su limitado mundo formado este por su hermano, por aquellas praderas y por esa grande y destartalada casa en la que los dos hermanos le llegaron a habilitar un estudio y desde el que Wyeth pintaría con ojos de voyeur el mundo que se filtraba a través de aquellas ventanas a las que él definió como unos gigantescos ojos, ojos como pedazos del alma, casi.
Christina Olson murió en 1969, algunos años después que su hermano Álvaro y está enterrada junto a él en el cementerio que existe a espaldas de la casa y en el que también descansa Andrew Wyeth por expreso deseo del mismo. La casa, construida en 1700 y reformada con su aspecto actual en 1871 por un antepasado de los Olson, está declarada desde junio de 2011 Monumento Histórico Nacional y forma parte actualmente del Farnsworth Art Museum, un museo con una de las colecciones más grandes de pintura de la familia Wyeth, toda una saga de artistas.
Puedes ver más obra del pintor realista Andrew Wyeth en este video o visitando su página Web.
Pues que maravilla de cuadro y también la historia, he entrado a su pagina Web y el primero que se ve, el del perro es precioso.
ResponderEliminarEchaba de menos una nueva entrada tuya Presley.
Me gusta mucho leerte, ya sabes.
Un abrazo y buenas noches
Este cuadro sí lo conocía, y siempre me ha parecido muy enigmático.
ResponderEliminarTú texto, como siempre, le da mucha luz.
Desde la primera vez que lo vi siento la necesidad (sí, casi es una necesidad) ver la cara de Cristina.
Gracias, me gusta mucho tu blog.
Un abrazo
Yo también conocia este cuadro,y me pasaba como a "tu conmigo",no llegué nunca a comprender qué estaba queriendo mostrarnos su autor.
ResponderEliminarCiertamente tú texto le da una nueva luz.
Saludos
Sí, parece un insecto. Será por lo del cuerpo que le regaló.
ResponderEliminar¡Fantástico, El presley! Me ha encantado la historia y el cuadro. Y ahora voy a quedar fatal: esta obra no la conocía.
ResponderEliminarSaludos
Hay en efecto un misterio en el cuadro, presley... Aportando mi interpretación, se diría que la muchacha acaba de escuchar un disparo en alguna de las casas. Pese al peligro, que la hace mantener cerca del suelo (la pueden estar buscando), no puede evitar echar un vistazo. La delgadez de su brazo vendría a acentuar lo angustiante que será la huída, probablemente en vano en semejante descampado y con alguien armado tras su rastro. Hermoso cuadro, sí, y con algo ominoso entre sus formas.
ResponderEliminarSaludos.
Yo siempre imaginé lo mismo, como si fuera suzane de bastardos sin gloria, huyendo
EliminarMadison:
ResponderEliminarLa Web de este pintor no tiene demasiada obra suya pero si tiene algunos links buenos. El cuadro del perro tumbado en el banco es muy simpático.
Te agradezco que me eches de menos. Ya sabes por experiencia que nosotros los blogueros necesitamos un poco el aliento del comentario.
La verdad es que últimamente estoy vaguete con el ordenata.
Un abrazo, Madison.
Tuconmigo:
ResponderEliminarLa verdad es que tiene mucho de fotograma de pelicula de suspense a lo "Psicosis". Parece que en cualquier momento va a salir Norman Bates de la casa- motel.
A Christina la pintó el rostro en varios cuadros. Si ves el video. aparece en uno en el que está sentada en la puerta de la casa recibiendo el sol en la cara.
Gracias por tus comentarios.
Un abrazo.
Anónimo:
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu comentario
Lamarderemuée:
La verdad es que tu comentario no lo comparto.
Saludos.
Elvira:
ResponderEliminarPues yo habría jurado que lo habías colgado alguna vez en tu blog.
En cualquier caso me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo.
E.C. Pedro:
ResponderEliminarYo creo que te has montado una película de suspense que ya no hacía falta que Andrew Wyeth nos explicase nada.
Bueno, de acuerdo con la filosofía de este blog el caso es contar la historia del cuadro o inventarnosla nosotros por lo que podemos aceptar la tuya como otra cualquiera.
Gracias por tu visita. Un saludo.
He escrito un comentario, pero creo que no ha llegado. En síntesis intentaba justificar el rigor de mi interpretación a pesar de lo escueta. Gracias por compartir, si no interpretaciones, sí comentarios.
ResponderEliminar¡Conmovedora historia!
ResponderEliminarPor el gótico americano es que descubrí tu blog. =)
Siempre he querido conocer ese museo, debe ser algo especial ver este cuadro en vivo, y bueno, con ese nombre, vaya que invita a soñar.
La vista de la pradera relaja, y es atrapante y misteriosa la joven y el trigo menéandose al viento; ay, me gusta, me gusta.
!Que bueno!Este también me ha encantado
ResponderEliminarSaludos
Siempre me ha parecido un cuadro bellísimo, y con mucho misterioso. La mujer tirada en la hierba, mirando hacia la casa, imaginas que, pidiendo ayuda. Gracias El presley, por enseñarnos la historia de este cuadro.
ResponderEliminarLa historia de sus vecinos, es muy entrañable. Un abrazo
El otro día miraba este precioso cuadro por enésima vez. veía un gesto raro en Cristina pero jamás habría podido adivinar lo que tú hoy nos cuentas.
ResponderEliminarTuve la suerte de ver el cuadro "de verdad hace ya muchos años en mi primera visita a NYC. Me permito añadir que es mejor la vista de la ciudad desde el Rockefeller Center, ¿no crees?.
Lo que te contaba del otro día y de este cuadro: Una mirada un poco más profunda sobre Wyeth me llevó a la serie Helga. Todo un hallazgo.
Muchas gracias!
Ros:
ResponderEliminarPues ánimo. En cuanto cojas vacaciones date una vueltecita por Nueva York que yo creo que te queda más cerca que a mí. Yo lo visité hace tres años y me gustó el cuadro en vivo aunque creo que me gustaron más otros muchos que allí hay.
Un abrazo.
Lembranza:
ResponderEliminarGracias a tí por pasar por este humilde blog y por tus comentarios.
La verdad es que a todos nos encanta inventarnos alguna historia aunque ya conozcamos la realidad del cuadro. A veces conocer la verdadera historia del cuadro hace que este pierda un poco su misterio.
Un abrazo.
Gloria:
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo respecto a las vistas desde el "Top of the rock" sobre todo en lo que concierne a las que se ven de Central Park pero, creo que es más icónico el Empire, tal vez por aquello de King Kong y la bella.
Con respecto a la serie de Helga también estoy de acuerdo contigo. Creo que los mejores cuadros de Wyeth están entre ese paquete de más de doscientos cuadros que le pintó en secreto a esa joven alemana y que tardó tantos años en sacar a la luz.
Gracias a ti por tu comentario.
Un saludo.
ay, me gusta volver a ver este cuadro que vi por primera vez en una reproducción enorme en la tienda de regalos del MOMA de Nueva York.
ResponderEliminarLa verdad es que la reproducción de este cuadro está en un millón de objetos del MOMA lo mismo que pasa en el de Orsay con los impresionistas o en el mismo Thyssen. La pela es la pela.
ResponderEliminarBienvenida a este blog. Pasa cuando quieras. La puerta está siempre abierta a todo el que le guste el arte.
EL MUNDO DE CHRISTINA
ResponderEliminarSeguramente recuerda la pintura.
Un paisaje rural pintado sobriamente,
en el borde superior una colina separa
el verde amarillento de azul atardecer;
a la izquierda el granero (hay cuervos
sobrevolando el granero), a la derecha
la lenta casa inalcanzable. Y Christina,
apoyada en la hierba, con su falda
rosa, el pelo ligeramente despeinado.
Así la dejó el pintor. Arrastrándose
en el aire, los brazos delgadísimos,
de espaldas a nosotros. La que yo
conocí tenía pelo negro, y era hermosa.
Una muchacha brillante y divertida,
ajena a la parálisis, al oscuro dominio
del miedo y la tristeza. ¿Qué sabemos nosotros del mundo de Christina?
Un día se fue sin decir nada.
Tenía el pelo ligeramente despeinado.
Era otoño. Hacía un poco de viento.
(Un poema de Eduardo Chirinos que he leído hoy.)
Un cuadro precioso
ResponderEliminarEs sorprendente! Fui de visita al MOMA y saliendo de las salas de los grandes maestros lo vi, a una distancia de 20 metros en un corredor, me capturo. Camine hacia el como si me llamara y a medida que me acercaba me iba envolviendo cada vez mas. este cuadro cuenta la historia solo con verlo, recien me entero cuando he querido saber mas de el todo esto. Me traje el poster, en todo tamaño del moma store pero nada como verlo en directo. 100% recomendado
ResponderEliminar¡Maravilloso cuadro y estupendo pintor!, a él y a ti os he conocido a través de Elvira y me quedo por aquí, porque me encanta el planteamiento de tu blog.
ResponderEliminarEncantadísima.
Hace más de diez años que tengo una lámina sobre la cabecera de mi cama. La misma, regalo de mi hija que la trajo de New York. Recién hoy conozco la verdadera historia de Cristina. Me enorgullece que adorne mi dormitorio.
ResponderEliminarSÍ alguien ha visto la película El hipnotista hay un fotograma en la película q es este cuadro , yo creo q el director ha hecho un pequeño homenaje a este pintor, a mi no me encaja en la película parece q la escena está metida con calzador un saludo
ResponderEliminarSÍ alguien ha visto la película El hipnotista hay un fotograma en la película q es este cuadro , yo creo q el director ha hecho un pequeño homenaje a este pintor, a mi no me encaja en la película parece q la escena está metida con calzador un saludo
ResponderEliminarVí éste cuadro por primera vez hace veinte años en una diapositiva de una clase de historia del arte. El profesor le dedicó a penas tiempo, pero no necesité más para guardarlo en mi memoria. Este Septiembre pasado me lo encontré de bruces inesperadamente en el Moma y fué un shock total. Más aun al leer su historia en la tarjeta de descripción del museo. Tienes razón al decir que es obligatorio verlo. Es una experiencia artística que nunca olvidaré.
ResponderEliminarLo acabo de descubrir esta noche viendo la película Oblivion de Joseph Kocinski(2013). Pensé en un primer momento en Hope. Ha sido un descubrimiento para mí. Gracias.
ResponderEliminargracia a Oblivion esta pintura es muy reconocida ;)
ResponderEliminarRecientemente colocaron esta pintura justo arriba de mi escritorio en la pared, frente a mi, y honestamente la encuentro muy fuera de lugar ya que se encuentra en el area de diseño y creatividad y me parece que esta pintura es muy triste, no me sentía cómoda con ella y mañana pediré quitarla de la pared, pero es interesante conocer la historia detrás del cuadro y saber que es una pintura muy reconocida a nivel mundial, siempre se aprende algo nuevo, pero definitivamente no me la quedo
ResponderEliminarPreciosa Historia, me interese en el al verlo, en una película.Oblivion) no consocia al autor, me encanto descubrirlo. es bellisimo.
ResponderEliminargracias.
Gracias por nada me pase horas buscando el titulo del cuadro y nada hasta que lo encontre en otra pagina web, pones toda la info menos el Titulo perfecto.
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