En el Salón de la Rue des Moulins las prostitutas esperan aburridas bajo la áspera mirada de Madame Barón, la madama del burdel. Mireille se estira sobre el sofá rojo mientras al fondo, Rolande, la de la nariz puntiaguda mira hacia la entrada igual que su compañera.
De Mireille sabemos que fue la amiga de Lautrec y de Rolande, que era su prostituta favorita y que la inmortalizó también en otro lienzo.
De este cuadro inventó Julio Cortazár una historia en su libro "Julio Cortazár - Monsieur Lautrec" en la que Mireille abandona el prostíbulo para viajar a la Argentina. Allí adoptará el nombre de Mireya y llegará a formar parte de la letra de un tango.
"De Mireille a Mireya – dice Cortazár - hay el suave resbalón de una lengua criolla que no se preocupa demasiado por nombres extranjeros, de Mireille a Mireya no hay ninguna diferencia esencial."
Este cuadro pintado hacia 1894 se exhibe en el Musée Toulouse-Lautrec, Albi (Francia)
Este cuadro pintado hacia 1894 se exhibe en el Musée Toulouse-Lautrec, Albi (Francia)